Toda tú
Toda grande
Viniste hace 13 años, un jueves santo. Pensábamos que eras
macho y por la fecha de tu llegada te
pusimos Judas. Después supimos que eras hembra, nos trajiste sólo una camada de
tres gatitos. Nunca te volviste a preñar, a pesar de tus maullidos de gata en
celo no volviste con la pancita cargada.
Siempre defendiste tu lugar, no dejaste que ningún perro de la casa se duerma
en tu sitio y hasta dejabas tu sello en ellos. Gracias Judas, gracias por estar
en nuestra familia, por tus ronroneos, tus ratos de gata pequeña, tu calidad de
doña gata, tu presencia en la casa. Era mejor tu partida, estás mejor, aquí
todos te queremos y te guardamos mucho respeto. Ya nos veremos pronto.