sábado, 18 de abril de 2009

Desde aquella tarde...


S/T aguadas



dibujo tec. mixta
(carta de un ser extraño e infinito, Francisco, desde algùn lugar del mundo)

Si lo lees, recordaràs que aùn guardo tus textos.

El amor de la ciudad es distinto.
El amor de la ciudad es dueño de calles propias,
uno que otro parque y sombra, mucha sombra,
buena sombra,
verde sombra.

El amor de Helena es un amor de café,
bodegas y cartas,
de perfumes.
El olor de la memoria.

El amor de la ciudad es el amor entre las gentes,
el de de los horarios y almuerzos,
la noche sin final.
Es un amor que circula el puerto y los botes,
los bancos de las plazas, los postes y sus faroles.
Una sonriza que tiene el ruido de los autos,
el trinar de los pasos.
El amor de la ciudad es una amor que detiene los minutos en los ojos,
y el tiempo pasa en el suavisimo mirar de la mujer amada.



P.D. Perdón por no haber podido responder antes, pero en esta suerte de hijo prodigo que llevo a cuestas, no tengo la libertad que me permitiera hacer silencio y escribir. Estoy en Barcelona, será por unos días, luego Lima, la fea.

Le abraza con los ojos puestos en visitarle pronto.

Francisco De Herrera

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